Uno de los atributos que más valoro en las personas es la generosidad.

Cuando una persona es generosa, lo es con su dinero, con su tiempo, y con su amor.

Una persona generosa está tan llena de amor que sabe, que entre más da, más tiene.

Cómo un manantial...

Un padre o madre generosos saben que entre más compartan con su esposa y con sus hijos su dinero, su tiempo, su amor, la vida se encargará de multiplicarlo.

Cuando una persona no ha querido descubrir la belleza de dar, se está perdiendo de las cosas más bellas de la vida.

Por lo tanto, lo que mas nos conviene es ver lo que le damos a nuestro hijos como un acto de amor, más que una obligación.

Disfrutar cada peso, cada minuto, cada abrazo....

Pero lo más valioso, es ser generoso con uno mismo.

Darnos amor, consentirnos y darnos tiempo para procesar algo, para sanar, descansar, apapacharnos, hacer lo que nos gusta....

Cuando eres generoso contigo, no solo eres más feliz, sino que las personas que te rodean también son más felices.

Porque recuerda que no se puede dar lo que no se tiene.

Así que si sientes el deseo de dar, date a ti todo el amor del mundo y después podrás dar todo lo que se te derrame.