Es increíble el poder que tiene la aceptación. Es algo que no imaginamos xq estamos predispuestos a maldecir las cosas “malas” que nos pasan y lo hacemos sin darnos cuenta.

Estaba de viaje, siempre trato de hacer mi check in electrónico para poder elegir mi asiento y estar mas tranquila de que se respete mi lugar en el avión.
Traté de hacerlo pero no encontré por ningún lado la clave de reservación y no me enviaron mail de la linea aérea, cosa muy rara.

A la hora de documentar me dijeron que el asiento que me correspondía era el de en medio en la fila 24 para un vuelo de 4 horas!

Le pedí a la señorita que me lo cambiara y me dijo que ya venían así los boletos, que el avión venía lleno y que no había nada que hacer.

Ahí puse atención a mis pensamientos que se desataron desbocadamente.
Había algunos de víctima de pobre de mí, nunca me pasan cosas buenas, lo único que me faltaba.
Hasta de enojo de xq la vida me trata siempre así de mal.

Cuando me di cuenta, los paré en seco.

ACEPTÉ que eso es lo que me correspondía.
Intente relajarme y asumir que eso es lo que hay y punto.

Llegado a la sala de abordaje, vi a una señora que estaba hablando con la señorita del counter para cambiar sus lugares y pensé: pues nada pierdo en intentar que me lo cambien.

Al pedirle el cambio a la señorita me dice: justo se acaba de liberar un asiento en la fila 24- justo el del al lado del mío- por lo tanto no solo conseguí un pasillo si no que el de en medio vendría vacío, ósea iría con mayor comodidad.

Al ver mi pase de abordar vi que me tocaba en zona 4.
Generalmente abordan en orden y temí que no hubiera lugar para mi maleta de mano y tuvieran que documentarla.

Otra vez empezaron mis pensamientos automáticos maldiciendo que me tocara eso y los volví a parar en seco.
Y pensé: lo peor que puede pasar es que la documente y ya.

En la sala hicieron el anuncio que los de la zona 4 seríamos los primeros en subir al avión después de los pasajeros en 1a clase.

Por eso quise compartirles lo que aprendí:

Cuando nos damos cuenta del poder de la aceptación, no solo viajamos por la vida mas ligeros, sino que al no tener expectativas, los regalos llegan inesperadamente del cielo.

Cuando esto te suceda, no olvides agradecer por cada uno de los gestos que la vida tenga contigo.