Las personas crecemos deseando tener una mejor amiga.
Una persona que nos entiende, nos acompañe, con quién podemos contar siempre, que nos dé buenos consejos, que nos escuche sin juicio.

Y si bien podemos tener una o varias amigas, pensar en alguna a la que realmente no le hayamos escondido absolutamente nada suena un tanto imposible.
Nuestras mas grandes miserias, miedos y vergüenzas generalmente las tenemos escondidas no solo de las otras personas si no de nosotros mismos.

Todas las cosas que no nos gustan de nosotros, lo que creemos nos hace malas personas, o no tan buenas, o no tan valientes o no tan importantes. …..

Los psicólogos le dicen la sombra. Todo lo que está oculto.

Y también hacen un especial hincapié en la importancia de que iluminemos/aceptemos y reconozcamos eso que esta escondido.

Por eso, quiero presentarles a mi mejor amiga.

Con quien puedo decir todo lo que siento, que jamás me juzga, que entre más le hablo de lo que me duele o me enoja, mas me ayuda a que esas emociones desagradables se diluyan y pierdan fuerza.

Entre más me acerco a ella, más ligera me siento. Me ayuda a desahogarme.

Y conforme más me ayuda a reconocer lo que no me gusta de mí,  en esa proporción me ayuda a descubrir mas dones y talentos.

Acudo a ella cuando me siento mal y me ayuda a expresarme libremente.

Sé que puedo hablar sin tapujos, puedo decir groserías, maldecir….  

Muchas veces cuando no sé que hacer, el simple hecho de hablar con ella hace que me caigan los veintes, encuentro soluciones. Y esas soluciones son de lo más precisas. Siempre encuentro el mejor de los consejos.

Cuando me siento bien, acudo para decirle todas las cosas por las que estoy agradecida. Y eso hace que las bendiciones se multipliquen.

Y sé que siempre, estoy mejor y me siento mejor, después de estar con ella.

Mi mejor amiga es……..

Mi libreta.