Ésta es una de las claves más importantes que ayudan a contribuir a sentirse pleno.

Tenemos la falsa creencia que cuando las cosas salen como queremos es bueno, cuando no, es malo.

Y no es necesariamente así.

A veces la vida nos cuida de situaciones que no son buenas para nosotros, pero como no lo sabemos, tenemos la sensación de que perdimos: a alguna persona, alguna situación, un trabajo, dinero.

La realidad es que nunca perdemos. Todo lo que nos sucede es por y para algo. Si nos hacemos el hábito de preguntar para qué en lugar de porque, podremos obtener mejores respuestas.

A lo mejor sentimos que necesitamos trabajar más para lograr nuestros objetivos, pero a lo mejor eso por lo que estamos trabajando no es lo mejor para nosotros.

Trabajar por lo que nos dé paz, esa es la mejor inversión.  

Eso puede provocar una sensación de inseguridad, lo que nos lleva a sobre compensar por cualquier falta interna que sentimos.  

Lo que más nos conviene es examinar los objetivos de nuestra vida mirando hacia adentro.  

Verle siempre el lado positivo a los desafíos de la vida, y cuando no lo encontremos, confiar en que lo que sucede, es que no podemos verlo.

Intentar pensar siempre, en lo que realmente importa.
Por ejemplo darle prioridad a nuestra seguridad sobre la diversión. A disfrutar más de la soledad y menos de la evasión.

Con el tiempo descubrimos que cultivar atributos como el buen carácter, compasión y generosidad tendrán más importancia que los logros en el trabajo.  

Enfocarnos en aceptarnos  y amarnos, y darnos cuenta que somos personas completas y perfectas tal como somos.  

Centrarnos en lo que es realmente importante, es una buena manera de darnos cuenta de que sin importar la situación dolorosa por la que estemos pasando, lo bueno siempre es más.

Creemos que si a alguien le va bien profesionalmente ya es una persona bendecida, y si bien, tener un trabajo es bueno por los recursos económicos que nos ofrece, es muy fácil quedar atrapado en la carrera para tener éxito, y muchas veces ese trabajo no es satisfactorio para nosotros.  

No digo que ya no trabajemos, es más bien que le demos a cada cosa la importancia que tiene. Y si un trabajo no te permite disfrutar de la vida, entonces sin lugar a dudas no es para ti.

Podríamos sentir que una promoción o un mayor elogio de los demás nos hará sentir completos.  
Pero la verdadera satisfacción viene de adentro.  

Cuando pensamos en quiénes somos y cómo enriquecemos las vidas de quienes nos rodean, la incertidumbre pierde el control, y como por acto de magia, las cosas cambian en nuestra vida.  

Por lo tanto, trabaja duro en las cosas que realmente importan en tu vida hoy, y encontrarás una mayor sensación de confianza en ti mismo.