Hay mucha controversia con respecto a la homeopatía. Si buscas en internet hay algunos que aseguran que esos chochos de azúcar no sirven para nada, mientras otros dicen que no sólo funciona para curar enfermedades sino que es la mejor opción para verdaderamente sanar a los pacientes física, mental y emocionalmente.

¿Será que la homeopatía encuentra el origen, por lo tanto verdaderamente sana a las personas?

Por eso yo quiero compartir con ustedes mi opinión al respecto. Desde hace ya muchos años en mi familia nos curamos con homeopatía. Mi doctor especialista en homeopatía y amigo muy querido, el Dr. Rubén Poplawsky, nos ha acompañado a mí y a mis hijos en todas y cada una de nuestras batallas de salud.

Mi perspectiva

Quiero compartir mi particular forma de verla y la manera en la que les explico a mis hijos cómo creo que funciona.

Cuando hay un virus o una bacteria que ataca nuestro cuerpo la medicina tradicional usa los antibióticos para combatirlos. Nosotros tenemos nuestro propio sistema inmunológico que son nuestras defensas. Y para mí, usar los antibióticos sería algo así como pedirle prestado al vecino unos soldados que nos defiendan en lugar de usar nuestras propias fuerzas armadas y dejarlas de vacaciones “descansando".

La homeopatía, en mi opinión y experiencia, “entrena” a nuestros soldados/defensas para combatir lo que sea que nos esté atacando, por lo tanto después de padecer una enfermedad nuestro sistema inmunológico esta más fuerte que nunca y de esa manera es más difícil que nos volvamos a enfermar.

Lo que ocurre con nuestro cuerpo

Cuando nos ataca un virus o una bacteria es porque nuestro sistema inmunológico está bajo; por otro lado, cuando tenemos una alergia es porque nuestro sistema está demasiado sensible. Es algo así como que nuestras fuerzas armadas creen que nos está atacando el más fuerte y poderoso virus y sólo era polen, por ejemplo, por eso reacciona así.

Al usar antistamínicos le estamos diciendo a nuestras defensas: no sea escandaloso, cállese y duérmase un rato. Por ejemplo, cuando tenemos diarrea, la medicina tradicional por medio de sus medicamentos, hacen que te tapes completamente, que pare; la homeopatía por el contrario, te ayuda a que salga todo lo que está dentro de ti, que tu sabio cuerpo esta expulsando porque te hace daño. Si tienes gripa la medicina tradicional la detiene, la homeopatía hace que te dé un poco más para que puedas limpiarte bien.

Diferencias importantes frente a la medicina tradicional 

Algo que me encanta, es que en la homeopatía sí importan los estados emocionales para recetar un medicamento, no se usa el mismo si tienes gripa porque te enfriaste, que si es porque estas chipil, que si te asustaste, o porque estás enojado, hay más de 300 medicamentos para un solo síntoma y lo que los diferencia son los demás síntomas que lo acompañan.

Aquí algo importante es que si hablamos de comodidad la medicina tradicional sí es mas cómoda que la homeopatía. Por ejemplo, cuando tenemos hijos y se enferman, al usar antibióticos sabes qué tienes que darle tales tomas tantas veces al día y listo. Con la homeopatía es un trabajo mucho más lento, de ir de la mano del doctor dándoles sus medicamentos cada hora, a veces cada tres, a veces tres veces al día, diferentes medicamentos en chochos, en agua, controlando los niveles de fiebre con trapitos de agua y con la angustia cuando las cosas se “descontrolan”. Pero la verdad yo lo veo como un regalo para mis hijos, por eso tengo paciencia y confío que lo que estoy haciendo los está fortaleciendo de maneras inimaginables.

Y si hablamos de precio, los medicamentos homeopáticos son millones de veces más económicos que los demás. Un frasco cuesta 50-60 pesos aproximadamente y te podría durar casi toda la vida. Al principio cuando se enfermaban, primero le llamaba al pediatra, me recetaba mil medicamentos, los compraba; luego, le llamaba al homeópata y me recetaba los medicamentos homeopáticos y se los daba, pero tenía los otros a un lado por si se ofrecían. Con el tiempo, ya sólo llamaba al pediatra, apuntaba los medicamentos pero no los comparaba. Ahora ya no le llamo en lo absoluto. Lo visitamos para ponerles las vacunas y nada más. 

Hay que conocer los límites, por supuesto

Debo decir que en mi caso hay situaciones donde no es negociable el uso de medicina tradicional. Por ejemplo, mi hijo, el mayor, Emiliano tiene diabetes tipo 1, por lo tanto es insulino dependiente por lo tanto, se pone su insulina varias veces al día para controlar sus niveles de azúcar. 

Lo que no debemos de perder de vista es que un homeópata es un medico titulado. Así como hay especialidades en gastroenterología y pediatría, hay algunos que deciden especializarse en homeopatía. Si vas a consultar a un homeópata, sólo asegúrate que sí sea un doctor con título porque el problema es que luego podrías encontrarte alguno tipo coach que receta los medicamentos y ahí sí es muy probable que no tengas buenos resultados y no vale la pena que pongas en riesgo tu salud