Cuando mi hijo mayor Emiliano tenía 10 años, de pronto llegó un día de casa de su papá con muy mal aspecto.

Estaba muy delgado, pero sobre todo lo que mas me llamó la atención era el color de su piel, era de un tono como gris opaco.

Lo primero que pensé fue que se había dado un estirón y se había descompensado.

Así que mamá gallina se dedicó a darle todos los suplementos alimenticios que encontré. Desde vitaminas y minerales como licuados altos en proteínas y carbohidratos que lo ayudaran a recuperar algo de peso.

Estaba con muy poca energía así que le daba alimentos altos en calorías.

La señora que nos ayudaba con el aseo me dijo: ay señora, yo siento que eso es diabetes, pero la verdad, como yo lo veía tan poco probable, no le quise creer.

En las noches lo escuchaba que se paraba mucho al baño para hacer pipi, así que por temor a que se deshidratara, le daba bebidas con electrolitos.

A los 2 días, al ver que no solo no mejoraba si no que estaba empeorando, le llamé a su pediatra y me pidió que le hiciera un examen general de orina.

Al darle los resultados, me pidió que llevara de urgencia al hospital.

Cuando nos dieron la noticia de que tiene diabetes tipo uno, fue demoledor.

 

Al no tener antecedentes en la familia, era algo de lo que no tenia conocimiento alguno.

En ese momento, yo tenía 8 meses de embarazo de mi hijo Luciano.

Entre que estaba especialmente sensible y que la noticia era muy fuerte, me llene de ronchas y no dejaba de llorar.

Pero pues tuvimos todos que tomar al toro por los cuernos, y ponernos las pilas para cuidar y sobre todo enseñar a cuidarse a mi peque de 10 años.

Al principio, yo me turnaba entre las tomas para darle pecho a mi jijo Luciano, e ir a tomarle el azúcar en la noche a Emiliano.

Xq al principio, cuando un apersona empieza a recibir insulina, para regular las dosis, pueden caer en hioglucemias (azúcar muy baja) y eso es mucho muy peligroso. Así que los doctores piden que les tomes el azúcar y revises cada 2 horas que los niveles están bien, y si están altos, les des algo de comer para regularla.

Había quienes me sugerían que contratara a alguien que me ayudara, xq como se podrían imaginar, no dormía nada. Las  tomas de los 2 no eran al mismo tiempo pero yo sentía que si contrataba alguien, tendría que sacrificar a alguno de mis 2 hijos.

Que cuando Emiliano se enfrentara a que picara su dedito viera a un desconocido o que Luciano tomara leche en una mamila.

Así que no quise y preferí hacerlo yo.

Creo que viví en modo zombie un año! Pero no me arrepiento te haberlo hecho de esa manera.

Al tener la dosis de insulina controlada, iniciamos con el entrenamiento de que Emiliano aprendiera solo a contar carbohidratos y a ponerse la cantidad de insulina adecuada. Y ese, me atrevo a decir, es en mi opinión la parte mas importante de todas.

Lograr que sea independiente, consciente y responsable de su enfermedad.

Como mamás o papás, tenemos el corazón roto, si de por si no queremos que a nuestros hijos les de ni el aire y cuando están enfermos queremos sobre protegerlos, pero creo que si lo que queremos es que ellos lleven una vida normal y plena, lo mejor es enseñarlos a que ellos haga lo que corresponde y cuiden su salud. Así de esa manera, pueden ir a fiestas, a comer a casa de amigos etc..

Si los sobre protegemos, estamos dañando su vida social, y lo mas importante, es que les estaríamos quitando la posibilidad de sacarle el lado bueno a esa experiencia.

En el caso de Emiliano, ser desde muy pequeño responsable de lo que come, de medirse, y de ponerse su insulina, han contribuido a que sea un chavo de 21 años que se cuida, y que es responsable de si mismo.

Es una chavo sano y feliz.

En su momento fui juzgada por muchas personas por la forma en la que llevé el cuidado de su enfermedad. La gente se molestaba xq no me compadecía de el, xq con mano dura le mostraba la crudeza de la enfermedad si no se cuidaba. Si no se cuidan pueden quedarse ciegos o se les gangrenan las piernas y se las tienen que cortar, caen en coma o mueren.

Es horrible, pero es la verdad.

Cuando son adolescentes es cuando mas consientes tenemos que hacerlos. Porque si no, las consecuencias son muy graves.

Pero hoy por hoy, pueden ver los frutos de haberlo hecho de esa manera.

Y claro que, a la fecha, me duele el corazón -y lo digo de forma literal ya que siento una punzada- cada que se pica para medirse el azúcar y para ponerse la insulina. Pero me tragaba mis sentimientos al respecto y lo acompañaba en lo que en ese momento creía era lo mejor para el, y lo sigo haciendo.

Conozco adultos que no son conscientes que tienen una enfermedades que necesita cuidados, y se exponen cada minuto a las consecuencias de descuidarse y eso es justo, lo que quise evitar con el.

Hoy en día, Emiliano ha aprendido a sentir cuando tiene alta el azúcar sin necesidad de medirse. Lo que lo ha llevado a también aprender a sentir sus emociones y tener una vida saludable en todos aspectos.

Si comparto esta historia, es xq muchas mamás y papás con hijos recién diagnosticados, al saber que en casa tenemos 11 años de experiencia en el tema, se acercan a mi para pedirme consejos, así que con mucho gusto quiero compartírselos con la intención de que puedan ayudarles.

Un niño con diabetes, tiene que aprender a hacerse responsable y cuidarse.

Y lo que si les puedo decir, es que logran tener una vida muy buena y feliz.